lunes, 12 de diciembre de 2016

Hace tiempo que no hablo de mi laberinto, aunque no por ello ha dejado de existir. Pero sí que es cierto que también cuesta despegarse de esa parte melodramática de mí, que ha sido expresada en poesía y reflexión prosaica desde mi adolescencia. Una parte de mí quiere aprender a llevar una vida más serena, más presente en el presente, valga la redundancia, más cerca de una filosofía budista. Ayudaría a centrarme a sentir solo lo que siento en ese momento, o incluso a ser sin sentir. No estoy segura, aún me queda mucho que estudiar de esa materia.

Pero mientras lucho conmigo misma por saber quién soy, qué quiero, y sobretodo, por acercarme a una autoestima lo más plena posible, seguiré dudando y sintiendo, y seguiré teniendo un laberinto interior en el que me perderé a menudo.

Los laberintos internos se transforman con las personas. Me acabo de dar cuenta. Hay diferentes laberintos con distintas dificultades según el dilema en el que nos encontremos en cada momento de nuestra vida. Y de algunos sales, de otros derrumbas paredes, de otros te hundes, construyendo tú mismo un nuevo entramado de pasillos que se cruzan, retuercen y se forman sin salida. Incluso, a veces, construyes diferentes laberintos, en los que tu mente se divide para sumirse en un caos de varias dudas que crea un estado de desesperación y ansiedad. Y lo peor, es que están dentro de nuestra cabeza, y somos nosotros quienes los formamos, y quienes decidimos hasta qué punto dejamos que nos absorban.

Nuestra mente es reina y vasalla de nuestro cuerpo. Puede engañarnos,y a nuestro instinto con gran facilidad; pero nuestros actos, costumbres, nuestra imagen en el espejo, lo que absorbemos de nuestro alrededor, lo que decidimos aprender y copiar, o al contrario evitar... condicionan a nuestro cerebro. Es muy fácil dejarse llevar por pensamientos  y sentimientos de duda, decepción y miedo, que crea nuestra mente, y sentirse cansado, sin fuerzas para seguir adelante, pero es posible darle la vuelta a la tortilla. Es posible mirarse al espejo, y forzar una sonrisa tanto que engañe a nuestro cerebro y le haga reír. Es posible decirse "guapo, inteligente, tú puedes" y hacernos creernos a nosotros mismos que sí es posible. Pero no es fácil. Para nada. Yo no soy la mejor persona para dar lecciones a nadie de autoestima, pero sé que esto es cierto, y que cuando soy yo quien quiere dominar y llevar mi vida adelante, mi cerebro es quien obedece y me sigue la corriente, y no al contrario. Insisto que es difícil, pero si lo necesitas, o cuando en algún momento veas que te debilitas: inténtalo. O mejor aún, hazlo. Tengo un pequeño cartel escrito por mí pegado en mi pared, al que apenas hago caso, pero que con razón está ahí, y espero que a vosotros os sirva de ayuda: "Solo "HAZLO". Es la respuesta a todas tus preguntas".

Llevo unos meses acudiendo a un psicólogo y hemos descubierto que pensar, es decir dejarme llevar por mi autoritario cerebro y sus tortuosos paseos por mi laberinto emocional, son los que me paralizan. Y que hay nombre para ello "parálisis del análisis". De hecho, ahora intento llevar mis reflexiones a mi otro sector creativo, y el principal en mi carrera, que es la ilustración, y el dibujo en general. Por si no lo había mencionado antes, soy ilustradora, aunque ahora esté exenta de trabajo, por desgracia. Quiero decir, que hace poco dibujé mi lucha interna al respecto, en el que aparecemos yo y mi conciencia, la que aquí os comparto. Digamos que la parte más melodramática, la que se deja dominar por los pensamientos y perderse en los laberintos es mi yo "real", y mi conciencia, a quien llamé NiNi, es la parte que lucha por ser fuerte, la voz de mi cabeza que me ayuda a  ver las cosas con perspectiva y a analizar las cosas lo más objetivamente posible.

Espero que os parezca divertido. No solo quiero compartir mi manera de ver y vivir las cosas, sino saber reírme sanamente de estas cosas, aunque procurando aprender de ellas. La página de introducción, junto con éste y los siguientes por ahora están en este enlace en Facebook y en la colección al respecto Google Plus. Ya de paso, os animo a que echéis un vistazo, también a mi portfolio y sketchbook en Tumblr. Para un seguimiento más de día a día, podéis cotillear también en Twitter o Instagram. (Siento si parece mucho, ahora parece necesario para promocionarse ser omnipresente en la red).

Y para finalizar, decir que he vuelto al blog porque tengo una nueva finalidad para él. Podréis pensar que es para usarlo de portfolio o webcomic, pero en principio no, aunque puede que lo intercale con lo segundo. Es para compartir relatos. Relatos cortos, ejercicios de un taller de escritura en el que estoy apuntada. No hay muchos, al menos no todos los que debería, pero los que tengo los corregiré y compartiré por puro amor al arte.

Dicho esto, me despido hasta el primer relato, que imagino subiré pronto. Saludos a todas/os y sed felices :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario